Agroindustria

Aproximación entre Argentina y China puede resultar en más fábricas de carne porcina

Ambientalistas repudian el proyecto y críticos alertan para el potencial pandémico de la agroindustria intensiva

Brasil de Fato | Buenos Aires (Argentina) |
El proyecto es repudiado por ambientalistas y críticos que alertan para el potencial pandémico de la agroindustria intensiva - Juan Mabromata / AFP

Desde julio son constantes las manifestaciones en Buenos Aires contra el acuerdo entre Argentina y China para la construcción de fábricas porcinas en el país suramericano. El anuncio del Ministerio de Relaciones Exteriores llegó el 6 de julio como una gran noticia y números extraordinarios: 9 millones de toneladas de carne porcinas serían destinadas a abastecer el país asiático.

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Sin embargo, tras la reacción negativa de la sociedad civil, la cancillería pasó a comunicar que la producción sería de 900 mil toneladas en un período establecido de cuatro años. La presión en las calles y las miles de firmas en un documento de rechazo al acuerdo llevó al aplazamiento de la decisión. Se prevé que el acuerdo sea firmado en noviembre.

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Ante una relación cada vez más estrecha entre Argentina y China y una preocupación creciente por parte de la sociedad civil, ambientalistas y otros especialistas en el tema del cambio climático, un posible acuerdo despertó un intenso y profundo debate acerca de la soberanía alimentaria y cuáles serían los costos de aceptar inversiones de esta naturaleza en medio a la actual crisis económica del país sudamericano.

Por otro lado, China tiene interés en expandir la fabricación de carne porcina en otros países dos años después de la crisis de la peste porcina africana que llevó al sacrificio de millones de cerdos. En una reciente llamada telefónica, el presidente Alberto Fernández y el presidente chino Xi Jinping debatieron proyectos de saneamiento básico, vivienda, conectividad, energía renovable y transporte. No hubo mención al acuerdo sobre las fábricas en el comunicado presidencial sobre la conversación.


China supera a Brasil como socio comercial de Argentina

El interés creciente de China por América Latina no una novedad, considerando que China es uno de los principales socios comerciales de Brasil y de Argentina, con presencia en diversos países en la región. Pero la relación con Argentina ha sido especialmente cercana: este año, por cuatro meses consecutivos, China superó a Brasil como su principal socio comercial.

Solo en abril, Argentina exportó US$ 509 millones para China, mientras que, para Brasil, su socio comercial histórico, fueron US$ 393 millones, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).

Aunque las relaciones entre los actuales presidentes de Brasil y Argentina no sean las más amigables, el contexto de la pandemia puede ser un agravante para cambiar ese ranking. Además, los mercados a los cuáles Argentina atiende  tienen destinos diferentes: mientras China recibe principalmente granos, cereales y carnes, Brasil importa del país vecino piezas industriales para la fabricación de automóviles.

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Si se firma el acuerdo con China en noviembre, se profundizará la alianza de la asociación estratégica integral establecida hace décadas. El intercambio entre los países ha sido expresivo en términos económicos, culturales y académicos. La Universidad de Buenos Aires, principal institución académica pública de Argentina, dedica hace dos años un espacio específico para los estudios de esa relación, el Centro de Estudios Argentina-China (CEACh).

"Son actores de pesos específicos diferentes en el sistema internacional", afirma el director del CEACh, Ignacio Villagrán. "Argentina exporta materias primas para China, principalmente productos agro alimentares, mientras importa teléfonos celulares, computadoras, elementos de alto valor agregado", continúa.

Villagrán destaca que la relación es asimetrica, no subordinada, pero que los pesos distintos son revelados en acuerdos como el que está actualmente en discusión. "La situación en Argentina es muy particular. Con más del 40% de la población en la pobreza, cualquier tipo de inversión es vista como generadora de puestos de trabajo."

 
Fábrica de pandemias

Además del contexto de la pandemia del nuevo coronavirus, el anuncio del proyecto de las fábricas porcinas se dio en medio a los trágicos incendios que ya alcanzan 14 provincias argentinas. Los incendios avanzan hace más de dos meses y afectan, como en Brasil, a zonas pantanosas.

La periodista e investigadora de industrias alimentarias Soledad Barruti destaca que las quemadas vienen acompañadas de la ampliación de la frontera agrícola. Una de las principales críticas al posible acuerdo, ella lanzó una carta para impedir el proyecto, con miles de firmas en pocas horas, que enfatiza: "este convenio con China nos coloca aún más lejos de la deseada soberanía alimentaria".

"El escenario básico de una granja industrial es problemático por recursos, contaminación y, por supuesto, por la salud pública", afirma Barruti, incluyendo como resultado de esos proyectos el deterioro de condición de vida de las poblaciones alrededor de esos lugares. "[Esos lugares] son rodeados de plagas y los piletones de deyecto de los animales generan gases tóxicos. Hay un gran potencial de surgimiento de virus y pandemias", concluye, citando el ejemplo de Brasil, en donde un virus con potencial pandémico fue identificado en un frigorífico, en Paraná.

La escritora, autora de los libros Mala leche y Mal comidos: cómo la industria alimentaria argentina nos está matando, apunta para el peligro de ceder al acuerdo de las fábricas porcinas. "China se presenta como un socio estratégico, nos necesita completamente, y nosotros, aparentemente, necesitamos los dólares. En esa ecuación, estamos rematando los últimos recursos que nos quedan y nuestra soberanía alimentaria en favor de la seguridad alimentaria de ellos."

Buscado para comentar sobre el acuerdo con China, el canciller Felipe Solá no respondió a las solicitudes hasta la publicación de esta nota.

Edición: Luiza Mançano