Género

Feministas proponen una reforma estructural del Poder Judicial argentino

Un proyecto de reforma ya tiene media sanción en el Senado, pero será difícil de aprobar en año electoral como el actual

Brasil de Fato | Buenos Aires, Argentina |
Marisa Herrera: "El feminismo ya se anima a poner en discusión el ámbito más complejo: la estructura verticalista, patriarcal y elitista del Poder Judicial." - Reprodução

"El Poder Judicial está en crisis. Es el único poder que parece vivir al margen del sistema republicano". Con estas palabras, durante la apertura de las sesiones legislativas de 2021, el presidente argentino Alberto Fernández definió el problema que rodea al Poder Judicial en el país. 

Desde los procesos de lawfare -la instrumentalización legal para perseguir a dirigentes políticos, como también ha ocurrido en Brasil, Bolivia y Ecuador en los últimos años- hasta la falta de perspectiva de derechos humanos, una reforma estructural del sistema de justicia se fue instalando en el debate público del país. Y, en gran parte, esto se debe al movimiento feminista.

Una de las impulsoras de la llamada reforma judicial feminista es la doctora Marisa Herrera. Fue una de las redactoras del Código Civil y Comercial de Argentina y forma parte del Consejo Consultivo de la nueva ley por la reforma judicial.

Como parte del consejo, Herrera observa haber todavía muchas brechas en el proyecto de ley aprobado en el Senado, que aún será tratado en la Cámara de Diputados.

"No es un proyecto de ley que vaya al hueso de la cuestión de género. Crear nuevos juzgados, pero que estén compuestos por hombres machistas no cambia nada", señala. Añade que es necesario contar con más personas con perspectiva de género, y no sólo con más mujeres.

El caso de María Ovando fue emblemático en este sentido. Madre de 12 hijos, Ovando fue condenada dos veces por los tribunales de la provincia norteña de Misiones. Una vez por la muerte de una de sus hijas, víctima de desnutrición, y otra por "no haber impedido" un caso de abuso sexual a otra de sus hijas y a su nieta. La jueza Margarita Potschka condenó a Ovando a 20 años de prisión, mientras que los acusados de los abusos sexuales a las niñas recibieron penas menores.

Ovando sigue presa, y el caso reveló graves irregularidades y una estructura basada en estigmas que aún rige el poder judicial.


Manifestaciones feministas frente a tribunales de distintas provincias este año, en repúdio a la justicia patriarcal tras el femicidio de Úrsula Bahillo. / Reproducción

Moviendo las estructuras del poder judicial

Herrera destaca las posibilidades de acciones positivas para una reforma judicial feminista: incluir contenidos con perspectiva de género en las facultades de Derecho; partir de una lógica de paridad y transparencia en los concursos para nuevos magistrados; aplicar la capacitación obligatoria en materia de género; y priorizar los criterios desde una perspectiva de género y derechos humanos para la incorporación de jueces y juezas.

"Proponer una reforma judicial feminista pone en crisis al Poder Judicial en sí, porque su estructura es evidentemente sexista y patriarcal", dijo Herrera. "Los lugares de decisión siempre estuvieron ocupados mayoritariamente por hombres que reproducen actos de violencia institucional, en un organismo que, supuestamente, es el garante de los derechos de las personas".

Desde agosto del año pasado, cuando se aprobó el proyecto de ley en el Senado, el debate sobre la necesidad de una reforma judicial ha sido impulsado por el movimiento feminista a raíz de la reactivación del caso de Úrsula Bahillo.

La joven fue asesinada después de haber denunciado 18 veces a su ex novio, sin respuestas eficaces o directamente ignoradas por parte del sistema judicial. Este 8 de marzo, una de las principales reivindicaciones de las mujeres fue una reforma judicial feminista, como señaló Cele Fierro, del movimiento Juntas y a la Izquierda.

"El sistema judicial es patriarcal y clasista. Es el único poder que no es elegido por el voto popular, sino por el poder político gobernante", dice.

Decisiones anónimas

A principios de marzo, una exposición de la vicepresidenta Cristina Kirchner también impulsó la discusión sobre el Poder Judicial. A pedido suyo, se transmitió por las cadenas de televisión una audiencia en la Cámara de Casación Penal en el marco del caso del dólar futuro. En un año electoral como el 2015, la causa judicial contra Kirchner tuvo una fuerte cobertura mediática, y el candidato del Partido Republicano, Mauricio Macri, fue electo presidente.

En casi una hora, denunció las decisiones arbitrarias tomadas en el anonimato por jueces y fiscales.

"Insistí en la presencia de los medios de comunicación y en la presencialidad de la audiencia porque es importante conocer la cara de los jueces, de los fiscales", dijo Kirchner. Señaló que el anonimato puede ser "conveniente". "Ustedes, los jueces, influyen en la vida de los argentinos, que no se dan cuenta que las decisiones que ustedes toman impactan directamente en sus vidas y en su bienestar", dijo señalando a los magistrados.

Instalar el debate

Según Herrera, en un año de elecciones legislativas, la reforma del Poder Judicial tendrá dificultades para ser aprobada, ya que necesitaría contar con los votos de la oposición. 

Ella cree que un primer paso sería establecer un debate público y hacerlo más inclusivo, contra la percepción de que la justicia es algo lejano a la población. Herrera establece un paralelismo con el proceso de construcción de la ley para despenalizar el aborto en Argentina.

"Si me preguntaran hace cinco años si tendríamos aborto en Argentina, diría que no. Sin embargo, hoy tenemos el aborto legal. Lo que era imposible, lo hicimos posible. Creo que este año, instalar el tema y analizar sus implicaciones de manera profunda, en sí mismo, ya es un paso importante: visibilizar y tomar conciencia de lo que es el Poder Judicial."

Edición: Camila Maciel