¿EL PAÍS DEL FÚTBOL?

Bolsonaro nombró al padrino de su hijo Secretario de Deportes y vetó la ayuda a atletas

El mandatario brasileño también fue responsable por la extinción del Ministerio de Deportes

Brasil de Fato | Brasilia (Brasil) |
Marcelo Magalhães, amigo de infancia del hijo del presidente Jair Bolsonaro, encabeza la política deportiva en el Ejecutivo - Ascom/Planalto

En dos años y medio de gestión, el presidente Jair Bolsonaro (sin partido) debilitó las políticas públicas deportivas en Brasil. Esta fue la valoración de los especialistas y directivos consultados por Brasil de Fato. Los sucesivos cambios de mando al frente de la Secretaría Especial de Deportes son vistos como un reflejo de la militarización y la distribución de cargos a grupos de interés promovidas por el gobierno federal.

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El organismo es responsable de la Bolsa Atleta (Beca Atleta, en traducción libre), un programa de patrocinio individual impulsado por el Ejecutivo desde 2005, durante el gobierno del ex presidente Lula (PT), que se encarga de financiar el 80% de los competidores brasileños.

En 14 años, el programa ha distribuido más de 1,1 mil millones de reales (aprox. 220 millones de dólares), creando condiciones para que los deportistas se dediquen a las competencias locales, sudamericanas, panamericanas, mundiales, olímpicas y paralímpicas.

En 2016, cuando se llevaron a cabo los Juegos Olímpicos en Río de Janeiro, el 77% de los deportistas recibió el beneficio, considerado fundamental para que los deportistas puedan mantenerse, especialmente en las primeras etapas de sus carreras.

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El programa Bolsa Atleta, como muestra la página web Olhar Olímpico, lleva 10 años sin ajustes en los beneficios asignados. Los deportistas de las categorías estudiantil y juvenil, por ejemplo, solían comprar al menos una canasta básica de alimentos y pagar la tarifa de transporte mensual con los 370 reales que ofrece el gobierno. Hoy, el valor no paga la mitad de una canasta básica de alimentos en São Paulo.

El equipo de Brasil de Fato entrevistó, bajo condición de anonimato, a un funcionario federal que trabaja en contacto con el organismo y a un experto en el tema. También se escucharon las posiciones de los congresistas que se pronunciaron sobre el tema en los últimos meses.

La falta de un Ministerio de Deportes en el gobierno federal, ya que la actual administración extinguió esta estructura administrativa, es uno de los principales puntos de crítica. La institución existió entre 1995 y enero de 2019, cuando fue incorporada al Ministerio de Ciudadanía por determinación de Bolsonaro.

“Es posible hacer una analogía de las políticas deportivas de Bolsonaro con lo que sucedió en el Ministerio de Salud durante la pandemia. Es verdad que el gobierno boicoteó la lucha contra el coronavirus y militarizó el ministerio, pero también es cierto que el SUS [Sistema Único de Salud] es una política que se ha mantenido firme, al servicio de la población", dijo Pedro Cavalcanti, investigador de política pública de la Universidad de São Paulo (USP).

"En el caso de los deportes, el Bolsa Atleta muestra un resultado significativo en la selección olímpica brasileña, a pesar del presupuesto insuficiente y sin ningún ajuste, la absurda extinción del ministerio y la austeridad aplicada por el gobierno en el programa", afirmó el historiador.

La nueva Secretaría Especial de Deportes ya ha tenido tres líderes. Los dos primeros fueron destituidos por su resistencia a nominar a personas indicadas por personas cercanas al presidente. El primero en comandar el ministerio fue el general Marco Aurélio Costa Vieira. Fue exonerado luego de 107 días en el cargo, en abril de 2019.

En ese momento, según información publicada por la Agência Estado, el motivo de su salida fue la intención del gobierno de reemplazarlo por João Manoel Santos Souza, hijo del ex senador João Alberto, quien preside el MDB de Maranhão, el mismo partido del ex ministro de Ciudadanía Osmar Terra. El nombramiento, sin embargo, no se concretó.

El 29 de abril de 2019, Bolsonaro nombró al general Décio Brasil como Secretario Especial de Deportes. En febrero del año siguiente, el militar también fue destituido.

En entrevista con Folha de S. Paulo, Décio Brasil atribuyó su renuncia al hecho de que se había resistido al nombramiento de Marcelo Magalhães para el cargo de jefe de la Oficina de Gobernanza del Legado Olímpico. Magalhães es el padrino de boda de Flávio Bolsonaro.

"Me parece que la razón principal fue el hecho de que me resistía a nominar a Marcelo Magalhães para la oficina en Río — la Oficina de Gobernanza del Legado Olímpico, el organismo que administra el Parque Olímpico de Barra—. Quizás esto haya disgustado al presidente, porque mi destitución estuvo acompañada de su nominación a mi cargo", dijo el general.

Magalhães fue nombrado nuevo Secretario Especial de Deportes del gobierno federal en febrero de 2020. El nombramiento del padrino y la exoneración de Décio Brasil fueron firmados por Bolsonaro y por Onyx Lorenzoni, quien encabezaba el Ministerio de Ciudadanía tras la salida de Osmar Terra.

El veto a la ayuda de emergencia

La gestión de Bolsonaro en el deporte durante la pandemia también fue duramente criticada por los vetos realizados al proyecto de ley 2824/2020, que fue aprobado por el Congreso Nacional para ayudar a los profesionales del sector deportivo durante la pandemia.

El texto de la propuesta preveía, entre otras cosas, la liberación de ayudas de emergencia en tres cuotas de 600 reales (aprox. 120 USD) para los deportistas y otros trabajadores del área que atraviesan dificultades.

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De la redacción de la PL 2824/2020 realizada en el Congreso, el titular del Ejecutivo también eliminó puntos como el aumento del 1% al 2% del límite de deducción exigido para donaciones y patrocinios relacionados con la Ley de Incentivo Deportivo.

Asimismo, el mandatario vetó un artículo que reactivaría el Programa de Modernización de la Gestión y la Responsabilidad Fiscal del Fútbol (Profut), creado en 2015 para permitir la renegociación de las deudas de los clubes deportivos con la Unión. El gobierno dijo que la propuesta era "inviable" y no traería el "alivio financiero esperado" por las entidades.

Edición: Rebeca Cavalcante